Siguiendo una preciosa tradición histórico-jurídica, el autor de este libro, conjuga admirablemente profesión y devoción, Derecho y Literatura, y nos ofrece un sugerente ensayo donde analiza cuentos, mitos y leyendas desde la óptica del mundo jurídico. Muchas y muy sabrosas son las anotaciones que Raúl Iruegas nos brinda en este libro.
Doble es, digamos, el método empleado por el autor del presente ensayo en estas páginas luminosas: por un lado, uno histórico, retrospectivo, gracias al cual observa, con las lentes de su particular ingenio, el devenir histórico con los ojos del jurista actual (cabría incluir aquí, en este apartado, los epígrafes del capítulo primero y muchos del segundo, con pasajes tan deliciosos como la Biblioteca de Alejandría, el Derecho azteca, el Código de Hammurabi o el Derecho novohispánico); de otro lado, se observa en estas páginas el manejo de un método plurifacético y multidimensional, que no sólo vincula dos subsistemas sociales como Derecho y Literatura sino que entremezcla también una perspectiva histórica, filosófica y mitológica de donde extrae claras y sugerentes enseñanzas: podrían citarse aquí los diversos y sugerentes pasajes literarios que analiza y expone con lentes de jurista atento, culto y laborioso, desde los genios clásicos de Cervantes y de Shakespeare al mito de Don Juan, desde el fantástico Fuenteovejuna de Lope al complejo proceso de Kafka, pasando por otros tan diversos como el extraordinario y desdichado Crainquebille o los cuentos de los hermanos Grimm, entre otros muchos. En la época actual en la que los legisladores (y los políticos, y los juristas, y los estudiantes y casi todo el mundo) escriben por lo general de manera tan descuidada, en un mundo tan tecnificado como el presente donde se impone la prosa aburrida de lenguaje impostado, un libro como el que nos ofrece hoy el querido amigo y compañero mexicano Raúl Iruegas resulta decididamente tonificante y revitalizador: unas páginas que se sorben como un vaso de agua clara y que nos dan la balsámica medida de la belleza del Derecho y de la armonía de la poesía. Felicidades y gracias al autor y que Udes. lo disfruten.